Posted by : soyfelizpintando junio 18, 2013

Todos los bebés y todas las mamás del mundo nacen con la extraordinaria capacidad de lactar.
Cuando estaba en las últimas semanas de embarazo, tenía muchas dudas sobre la lactancia materna.  Cómo será?  Podré hacerlo?  Me dolerá?  Mi mamá siempre dijo que no nos dio pecho porque ella tenía poca leche, tampoco mi abuela, entonces, yo tampoco tendré?  Los bebés nacidos en parto natural maman mejor?  Como casi todas las madres, deseaba poder alimentar a mi pequeño y tanto mito urbano por ahí me angustiaba.  Pues nada de eso es verdad, salvo casos muy excepcionales, todas podemos.  Pero considerar cierta información durante los primeros días puede ayudar a cualquier principiante.
Primero: intentar ser paciente, porque no es un proceso que se establece y permanece así hasta el día que cumple los seis meses y supuestamente empieza la otra alimentación.  Es más bien como una carretera, con curvas, subidas y bajadas.  Hay días en los que el niño come como un desesperado, tiene más hambre que tú, según parece está asociado a ciclos de crecimiento (los llamados estirones).  Hay días que parece que no come nada y es que su sistema de succión ha evolucionado al punto que mama en tres minutos, cuando antes se tardaba media hora.  Hay días que pedirá cada tres horas (como a veces intentan meterle en la cabeza a la pobre madre algunos pediatras), y hay días que comerá cada tres minutos, y otros comerá mucho en la mañana y no te pedirá hasta la tarde.  Pero y por qué nos extraña tanto esto?  Si tomáramos nota de la hora y la cantidad que comemos normalmente, verás que nosotros actuamos igual.  Intentar regular el horario es más bien para “irlo adaptando” a los horarios de vida de los padres, quizás para que no la pase tan mal si tiene que asistir a una guardería, pero no porque el bebé lo requiera.  La realidad es que EL PECHO DEBE SER A DEMANDA, aunque pueda ser incómodo estar todo el día con las tetas disponibles, pero para eso debería ser la baja maternal (tema que tocaré en otro post).
Segundo: La técnica o postura, la vas adecuando a medida que pasan los días.  Al principio te esmeras mucho en tratar de imitar la lámina del centro de salud: la boca del bebé que abarque todo el pezón, la lengua tirando desde abajo,  su pecho contra el tuyo, su cabeza ligeramente doblada en dirección a tu cara.  A que parece un trabalenguas!!.  La postura es importante, sobre todo lo de que abarque todo el pezón,  pero es bueno relajarse y si notas que no está succionando, se acomodan un poquito.  Él sabe cómo succionar, eres tú quien tiene que aprender cómo cargarlo mientras lo hace. Y te aseguro que a medida que vas adquiriendo experiencia van amoldándose su cuerpo y el tuyo para estar más cómodos. 
Yo no compré un cojín de lactancia y me arrepentí, porque cuando el bebé es pequeñín lo cargas en un brazo, pero cuando empieza a coger peso, viene muy bien, sobre todo si pretendes dar una lactancia prolongada.  Yo le di pecho a Oli hasta los 15 meses y necesitaba ponerme algunas almohadas.  
Una postura a considerar es dar pecho acostada de lado. Los primeros meses, que se despierta varias veces durante la noche, es lo maaaasss!!  Lo recomiendo con cinco estrellas.  Yo no lo sabía y me levantaba de la cama lo cogía en brazos y me espabilaba, y cuando estaba empezando a coger el sueño.. oh, oh! ñeeeeeeeeeeeee, otra vez mamá a despertarse.  Era un ciclo eterno, cómo no iba a tener ojeras hasta el suelo? Así que una vez  vi un video que lo recomendaba y lo intenté, nos fue fenomenal.  Es cómodo, no se despierta del todo ninguno de los dos, y además es rico tenerlo ahí cerquita.
Tercero: La composición de la leche.  Muchos laboratorios han analizado, sintetizado y elaborado fórmulas que se ASEMEJAN a la leche materna, pero nunca será igual.  No soy anti-fórmulas, porque pueden ser un apoyo en algunos casos, pero indiscutiblemente, la materna no tiene parangón.  Está a la temperatura perfecta, no hay que esterilizar nada, es gratis.  Pero es que además su consistencia sale de acuerdo a la necesidad del bebé.  Cuando comienza a chupar es más transparente y entre otras cosas sirve para calmar la sed.  Luego se va espesando y es la que contiene más grasas y proteínas, es la que le hace coger peso.  Por ello se debe dar hasta el final.  Si el bebé chupa un poquito y se queda dormido, no hay que despertarle sino ofrecer la misma teta en la próxima toma para que la termine.
Dicen que los bebés alimentados con leche materna tienen mejores defensas que los alimentados con fórmulas lácteas.  Yo no lo puedo asegurar porque no soy médico, ni bioquímica, ni nada parecido.  Lo sí puedo dar fe de que Oliver no se enfermó NI UNA SOLA VEZ, hasta cerca del año cuando entró a la guardería.  Allí cogió todos los virus en los dos primeros meses…  catarros, mocos, gastroenteritis viral, boca-mano-pie.  Una vez superado ese proceso de adaptación, gracias a Dios, mi niño es un roble.  Tan es así, que se venció la batería del termómetro digital y nos dimos cuenta un día que papá enfermó. 
Por último: hay que tener confianza en tu hij@, es él o ella quien debe marcar la pauta, básicamente porque es quien conoce sus propias necesidades.   Y su necesidad no sólo va a ser alimentaria, el pecho es algo más.  Es un vínculo que se establece entre los dos, una conexión, que podría explicar con palabras muy lindas, espirituales, o describir en  términos científicos sobre genética que he leído,  pero creo que va más allá de eso.  La teta es amor, es alimento, es medicina,  es consuelo, es disfrute, es la naturaleza en todo su esplendor, es el contacto más íntimo que tendrán ambos durante toda su vida.  Entonces no hay que darle la vuelta, solo vivirlo, y cada experiencia es única.
Creo que cualquier esfuerzo que pueda suponerle a la madre ofrecerle a su bebé leche materna durante el máximo de tiempo posible, no es comparable al bienestar que le está regalando.



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